Aunque la barba ha estado presente durante toda la humanidad en la cara de muchos hombres, desde hace unos años se ha convertido en un factor de moda. Son muchos los hombres que han decidido integrar este elemento en sus características faciales, y muchos otros los que están planteándose, en este mismo momento, dejarla crecer.
Esta popularidad tan creciente en los últimos años ha propiciado la creencia de algunas ideas que, lejos de ser verdaderas, crean mitos sobre la barba. Es necesario desterrarlos para otorgarle al vello facial masculino el reconocimiento que se merece. Con total seguridad, habremos escuchado alguna vez algunos de ellos, y quizás nos están impidiendo plantearnos seriamente pasar al bando de los barbudos.
Conoce los mitos sobre la barba más comunes a continuación.
Los 7 mitos sobre la barba
No; que no te dejen engañar. Si estás pensando en dejarte barba, ¡adelante! Seguramente, habrás escuchado algunas de estas afirmaciones. No obstante, estamos de enhorabuena; son mitos que no tienen nada de certeza.
1-Afeitarse a diario hace que salga más barba
La genética tiene mucho que ver en la salida de nuestra barba. Las características de nuestra barba están predispuestas, por lo que de poco servirá que te afeites muy habitualmente con la intención de hacer crecer más el vello facial. Lo único que conseguirás con ello será irritar en mayor medida tu piel, y por tanto, resentirla.
Lo ideal es afeitarse un par de veces a la semana, aunque en el caso de estar dejándola crecer, será necesario con recortarla. Además de ello, deberás lavarla y cuidarla de manera habitual, sin necesidad de afeitarse cada día. Recuerda que la hidratación será fundamental para conseguir un estado óptimo tanto de nuestro vello facial como de nuestra piel.
2-Con el afeitado, la barba crece más fuerte
Se trata de un mito muy instaurado en la sociedad, presente en todos los tipos de vello corporal. No obstante, diferentes estudios dermatológicos lo han desmentido, afirmando que no existe relación entre la dureza del vello y las veces que nos afeitemos. No obstante, es cierto que, cuando cortamos el vello, queda al descubierto la parte más gruesa. Pero esto no quiere decir que salga más fuerte.
La dureza del vello viene determinada por nuestras hormonas, que dependen de nuestra carga genética. Además, diferentes aspectos externos pueden debilitarla, como las altas temperaturas, la exposición excesiva a productos nocivos (como el cloro de las piscinas) y el tipo de afeitado que solamos realizar. Sea como sea, no es cierto que el afeitado haga crecer la barba más fuerte.
3-Una persona con acné no debe tener barba
El acné está presente en muchas personas, y es un problema que debe solucionarse en la consulta de un dermatólogo. Es incorrecto pensar que una piel con acné dejará de tener estos problemas si está libre de barba, como también lo es pensar que la barba puede agravarlo. Existen productos anti acné que pueden aplicarse aún con barba, y que ofrecen buenas soluciones para nuestro problema.
La única recomendación que se da a los hombres barbudos con acné es no rasurar al máximo la barba, para evitar el arranque de los folículos que puedan existir.
4-La barba es antihigiénica
Como también lo puede ser el cabello, y no nos da por pensar en ello. La barba, si recibe todos los cuidados de higiene recomendados, no resulta antihigiénica. Para ello, existen infinidad de productos en el mercado especialmente destinados para la limpieza de nuestro vello facial, de manera que pueda lucirse siempre en perfectas condiciones de higiene y cuidado.
Para ello, podemos adquirir champús y lociones especialmente destinados a ofrecer los cuidados necesarios para que esta afirmación no sea más que un mito infundado. Realizando el lavado un par de veces por semana como mínimo, conseguiremos tener una barba bien limpia e higiénica.
Además de lavar con frecuencia nuestra barba, también deberemos recortarla para dar la sensación de orden. Una barba descuidada puede resultar antihigiénica, por muy limpia que esté. Tanto la higiene como el cuidado estético serán importantes para conseguir que esta afirmación sea un mito y no una verdad.
5-La barba siempre crece uniforme
Son muchos los hombres que creen en esta afirmación, y cuando empiezan a tener barba, descubren que no es así. En ocasiones, encontramos zonas faciales en las que la barba es más frondosa, y otras, en las que simplemente crece más despacio. Por ello, existen muchas barbas desiguales, que presentan claros e incluso zonas con calvicie, y que no resultan tan frondosas como en un momento se había esperado. Esto nos invita a pensar que, evidentemente, la rapidez de la salida de la barba depende de diferentes zonas.
Mientras la barba situada en la barbilla y el mentón suele salir antes, la de las mejillas se toma su tiempo. Una buena manera de conseguir una barba uniforme es controlar esta salida desigual e ir igualándola a medida que va creciendo.
6-La barba pica
Aunque se trate de un mito, dentro de él tiene una parte de verdad; así lo saben los muchos hombres que han pasado por los difíciles comienzos de dejarse barba, y lo pueden corroborar.
La barba pica, si, pero solo durante las primeras semanas. Pica cuando el vello facial rompe la piel y sale al exterior. Cuando su tamaño ya es lo suficientemente largo, o cuando nuestra piel ya se ha acostumbrado a él, el picor desaparece y lucir barba se vuelve un factor cómodo que ya no tiene por qué generarnos molestias. Si aún así lo hace, quizás estaremos sufriendo algunos de los problemas típicos de la barba, que pueden tener fácil solución en la consulta del dermatólogo. No obstante, esta posibilidad no siempre está presente, por lo que podemos afirmar que la afirmación es un mito a desterrar.
7-La barba no necesita cuidados
Este es el error más grave, que, a su vez, favorece la creencia de los mitos sobre la barba anteriores. La barba sí que necesita de nuestros cuidados, por lo que se trata de una característica que deberemos considerar muy seriamente si lo que queremos es lucir una barba bonita y cuidada. Realizar sus lavados, recortarla, e hidratarla resultan acciones necesarias para sacarle el máximo jugo posible a todas las ventajas que nos puede ofrecer. Lo normal es ofrecerle estos cuidados entre dos y cuatro veces a la semana, no obstante, esta frecuencia puede variar en función de las características particulares de nuestra barba y nuestras preferencias. Debemos tener en cuenta que tan nocivo es para nuestra salud llevar a cabo un deficiente cuidado, como obsesionarse con ello.
Conociendo estos siete mitos podemos conseguir tener una imagen más realista sobre la barba y, sobre todo, conocer sus características reales.
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