¿Cómo conservar la navaja de afeitar en perfectas condiciones?

¿Cómo conservar la navaja de afeitar en perfectas condiciones?

La navaja de afeitar es uno de los elementos más importantes del afeitado clásico. Es imprescindible en cualquier hogar donde se realice este tipo de afeitado, pues es el objeto que nos va a permitir tener nuestra barba afeitada. Sabemos que una navaja es mucho más duradera frente a otros elementos de afeitado, pero necesita, también, unos buenos cuidados de conservación para que su duración sea mayor y pueda encontrarse siempre en buenas condiciones.

La usemos a diario o pasemos largo tiempo sin usarla, deberemos otorgarle una serie de cuidados que impedirán que sus materiales puedan estropearse. De este modo, estará siempre disponible para su uso, sin que debamos de reponerla antes de lo previsto.

Siguiendo estas pautas de cuidado, disfrutaremos de nuestra navaja de afeitar mucho más tiempo, contribuyendo a que el resultado de su trabajo sea óptimo.

Conservar la navaja de afeitar

Preparar la navaja para su uso

Encontramos, en el mercado, navajas que están perfectamente listas para usar. No obstante, también podemos encontrar algunas que necesitan de un afilado previo a su uso. En este caso, deberemos otorgarle, nosotros, ese afilamiento o asentamiento antes de usarla por primera vez; solo así conseguiremos un resultado óptimo en nuestro proceso de afeitado clásico.

El afilamiento puede resultar un tanto difícil si no sabemos cómo hacerlo, o no tenemos la práctica necesaria. No obstante, debemos ir con sumo cuidado, pues realizándolo incorrectamente podemos perder la forma natural del elemento, siendo más difícil su uso y dificultando, así, su resultado óptimo.

Para ello, podemos usar diferentes materiales. Las piedras de afeitar y el asentador nos permitirán dejar nuestra navaja en perfectas condiciones. Si la navaja no necesita un afilamiento total, usar una de las dos técnicas será suficiente. Si, por el contrario, necesita un afilamiento importante, deberemos combinar las dos técnicas; empezaremos por la piedra y, seguidamente, usaremos el asentador. De esta manera, estaremos afilando nuestra navaja de manera correcta y sencilla, sin que ello suponga una pérdida de efectividad a la hora de usarla.

¿Cómo afilar nuestra navaja?

Afilar nuestra navaja es una tarea que requiere práctica, por lo que será necesario aprender sobre ello.

Si queremos afilarla con la piedra, deberemos situar esta de manera horizontal, y deslizar el filo de la navaja sobre su superficie. El lado filoso de la cuchilla debe quedar al contrario del deslizamiento. Ésta deberá hacer fricción sobre la piedra, de manera que sus materiales se afilen.

Si usamos el asentador o afilador de cuero, deberemos tensar el asentador y deslizar la navaja en dirección contraria al filo, realizando todo el recorrido que propone el asentador. Esto se deberá realizar en las dos caras del objeto de afilamiento; la cara compuesta de tela removerá cualquier elemento que pueda dañar los materiales, mientras que el lado compuesto de cuero hará su trabajo de afilamiento.

Conservar la navaja después de usarla

Una vez nos hemos afeitado, será necesario guardar todos los elementos que hayamos usado, y, además, hacerlo bien. Es importante eliminar cualquier resto de humedad para evitar que las propiedades y materiales de los elementos se debiliten.

Encontramos navajas de diferentes materiales. Uno de los materiales que más necesita de nuestros cuidados es el acero al carbón. Sus componentes, en contacto con la humedad, pueden llegar a crear óxido con facilidad, e incluso aquellas navajas que han sido tratadas, con el tiempo pueden crearlo.

Para evitar que esto ocurra, es fundamental secar la navaja (especialmente su filo) tras cada uso. Para ello podemos seguir los siguientes pasos:

  1. Limpiar la navaja con agua caliente hasta que quede totalmente limpia. Así eliminaremos cualquier resto de pelos o crema.
  2. Secarla con un papel de manera cuidadosa hasta retirar cualquier resto de humedad.
  3. Elige un lugar fresco y seco, y alejado de la humedad, para guardarla. El baño no suele ser el mejor sitio.

Conservar la navaja de afeitar sin usar durante un largo tiempo

Puede que hayamos decidido dejar crecer nuestra barba, o bien confiarle sus cuidados a un barbero. En estos casos, posiblemente le demos unas largas vacaciones a nuestra navaja. No obstante, antes de que pase un largo tiempo sin usarla, también necesitaremos prepararla para ello.

Secar completamente la navaja

Siempre es importante (y en estas condiciones, más) comprobar que la navaja está completamente seca. Una pequeña gota de agua puede crear óxido, si la cerramos con ella y pasamos tiempo sin usarla. Para evitar que esto ocurra, podemos mojarla con agua hirviendo y esperar a que se seque; las altas temperaturas evaporan más rápido, por lo que el proceso de secado será menor y, sobre todo, será más efectivo.

Untarla de vaselina o aceite

Una vez seguros de que el filo de la navaja quede completamente seco, será necesario pasar al siguiente paso. Una manera de darle una buena conservación es untarla de vaselina o cualquier otro material aceitoso antes de guardarla. Puede servir, también, el aceite de oliva con el que cocinamos. Si queremos optar por productos comerciales destinados a este fin, podemos usar el aceite Ballistol.

Guardar la navaja

Es importante elegir dónde dejar nuestra navaja durante todo este tiempo. Recordemos que la humedad puede ser una potente enemiga para nuestro elemento. Por ello, deberemos huir de ella si queremos conservar la navaja de afeitar adecuadamente. Alejarla del baño, así como de otras fuentes de agua, puede resultar una medida de prevención contra el óxido. Además, si residimos en un lugar costero con altos índices de humedad, deberemos extremar las precauciones. Lo ideal es guardarla entre materiales antihumedad, en un lugar fresco y seco.

Si nuestra navaja se ha oxidado

Aun ofreciéndole estos cuidados, es posible que, cuando volvamos a darle vida a nuestra navaja, nos encontremos óxido en su filo. Y es que eliminar cualquier resto de humedad no siempre es fácil, lo que facilita su creación.

En este caso, lo más conveniente es reemplazar la navaja por otra nueva y ofrecerle unos mayores cuidados de conservación. Solo así conseguiremos que el nuevo elemento nos dure mucho más.

Es muy importante elegir navajas de calidad, para facilitar que su vida útil sea larga y no debamos de cambiarla antes de lo necesario por la creación de óxido. Si solemos tener verdaderos problemas con el óxido, podemos optar por elegir una navaja de acero inoxidable. Es verdad que tienen un precio superior, pero podremos usarla durante más tiempo, por lo que a la larga pueden resultarnos más económicas.

Llevando a cabo estos consejos podremos conservar la navaja de afeitar durante más tiempo.

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